Los bebés prematuros son aquellos que nacen antes de la semana 37 de gestación, que es cuando se considera que todos sus órganos están lo suficientemente maduros para afrontar su vida en el exterior.
La gran mayoría de los partos que se producen antes de llegar a término tienen lugar entre las semanas 32 y 37. Sin embargo, en algunos casos estos se producen mucho antes, es entonces cuando se habla de grandes prematuros.
¿Por qué nacen los bebés antes de tiempo?
Los partos prematuros no son infrecuentes, en España suponen alrededor del 7% del total, es decir, cada año nacen antes de llegar a término unos 28.000 bebés. Afortunadamente, los avances médicos han conseguido que incluso aquellos que nacen mucho antes de lo previsto y con un peso de un kilo, o incluso menos, salgan adelante, aunque ello suponga muchas semanas de hospitalización.
Respecto a las causas de esos nacimientos prematuros, son muy variadas. Entre las más comunes están las patologías previas en la madre: diabetes, hipertensión, problemas cardiacos o infecciones vaginales, entre otras. También pueden estar provocados por problemas en la placenta, embarazos múltiples, tabaquismo, consumo de alcohol o drogas, etc.
¿Qué problemas pueden desarrollar los prematuros?
Todos los bebés prematuros van a necesitar cuidados especiales y permanecer en incubadora o UCI neonatal hasta que sus órganos maduren lo suficiente. Hay que tener en cuenta, además, que la posibilidad de desarrollar problemas de salud está estrechamente relacionada con la semana de gestación en la que se haya producido el parto.
Por un lado, sus pulmones aún no están preparados, por lo que pueden necesitar ayuda para respirar o tratamientos médicos para ayudarles a madurar. Tampoco su sistema inmunitario ni su barrera intestinal se han desarrollado lo suficiente, de modo que necesitan especial protección frente al ataque de virus y bacterias. En algunos casos, además, pueden desarrollar anemia, afecciones neurológicas, niveles altos de bilirrubina o problemas en la retina.
Sin embargo, los cuidados que reciben en las UCIS neonatales obran milagros y muchos de estos niños crecerán sin manifestar secuelas graves. A ello también ayuda, y mucho, el contacto con los papás. El método canguro, en el que los bebés permanecen piel con piel con sus padres, y la lactancia materna (con o sin ayuda) resultan de enorme ayuda y reducen los días de estancia en el hospital.
El bebé ya está en casa
También en casa los bebés prematuros necesitan cuidados especiales y grandes dosis de cariño. Sobre todo en los primeros años de vida, deberán seguir estrictos controles médicos para asegurarse de que no desarrollan ningún problema o tratarlo adecuadamente si así fuera.
A otro nivel, todo tendrá que ser especial para niños que también lo son, especialmente sus pañales. La piel de los bebés, mucho más la de los prematuros, es delicada. Por eso, van a necesitar pañales que se adapten a su pequeño tamaño y que sean muy absorbentes e hipoalergénicos para mantenerles secos y protegerles con la máxima suavidad.
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