De padres a hijos hay una especie de tradición no escrita que tiene que ver con que los padres no sepan contarnos qué se siente y cómo se vive el momento de ser padres. ¿No saben contarlo…o mientras tu bebe nace tú te haces una burbuja protectora para hacer de este momento una película de Walt Disney? Pues bien, cuando acaba la película comerás huevos.
Los padres y madres más experimentados sabrán de lo que hablamos. Los primerizos lo estarán descubriendo en estos momentos. Y los futuros papás y mamás probablemente aún se encuentren imaginando esa película de Walt Disney, soñando con todas esas cosas que vivirán juntos, momentos maravillosos llenos de amor y dulzura. Pero lo cierto es que desde que el pequeño o pequeña llega al mundo, las expectativas se van rompiendo y van dando paso a la dura realidad, que no es ni peor, ni mejor, simplemente más ‘real’.
Y es que todos los padres comenzamos esta aventura imaginando, quizá a veces idealizando esta nueva etapa, como fieles defensores de mil y una causas y decisiones que nada ni nadie podrá arrebatarnos jamás. Pero se nos olvida a menudo que los bebés son impredecibles, que no entienden de planificaciones, ni de normas ni de horarios. Y no lo harán hasta dentro de unos años, por lo que mejor tomarse esta nueva realidad con filosofía, humor, y por supuesto, mucho amor.
Así que hemos recopilado algunas de las situaciones más habituales de los padres primerizos, versus la realidad. Seguro que más de una te suena. Incluso probablemente las eches de menos recordando los primeros meses con ese bebé, que sin saber muy bien cuándo ni cómo, ya se ha convertido en un niño mayor, independiente y charlatán al que cada día quieres un poco más que el anterior.
Expectativas: Las compras del bebé
Antes de la llegada del bebé, los padres primerizos pueden pasarse horas buscando información sobre cuál es el mejor pañal, cómo elegir la talla de pañal adecuada, ¿Qué son los pañales ecológicos?, ¿y los pañales de farmacia?… ¿Qué carrito es mejor en función de su edad?, ¿Cómo elegir la mejor silla del coche para bebé?
Todos los padres y madres quieren lo mejor para sus bebés, y no dudan en buscar consejo en Internet o experiencias de otros sabios padres que ya saben de lo que hablan.
Realidad: Comprar pañales es parte de la supervivencia
¿De dónde sacábamos tiempo para pasarnos horas buscando información sobre qué tipo de pañales comprar? Bueno, ¿Cómo era eso de ir de tienda en tienda comparando precios, características y calidad de cada producto que necesita mi bebé?
Con un niño pequeño en casa, o varios, no tienes tiempo para nada y lo más práctico termina siendo pedir pañales por Internet y utilizar ese tiempo para otra tarea de las imprescindibles. Ahorrando así un largo proceso que antes éramos capaces de resumir en poco más de cinco minutos. Salir de casa a comprar un paquete de pañales se ha convertido en tarea casi imposible ya que con un bebé esa tarea simple implica:
1 – Cambiarse:
- Cambiar al bebé de ropa, cambiar al bebé de pañal, cambiarse la recién mamá o papá, volver a cambiar al bebé porque justo antes de salir se ha hecho popó, volver a cambiarse papá o mamá porque bebé ha decidido mancharles la ropa recién puesta.
2 – Preparar:
- Preparar la mochila del bebé: Los pañales, las toallitas, muda nueva por si acaso, el suero para los ojitos, gasas, si toma biberón…. y un largo etc.
3 – Casi listos:
- Meter a bebé en sillita del coche, sacar al bebé de la sillita, sacar el carrito, subir al bebé…
Y un largo etcétera que puede cambiarse por dedicar un minuto a elegir una talla en Sooofty, hacer ‘clic’ y esperar a recibir los pañales en la puerta de casa.
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Expectativas: ¡Hora de dormir!
Las madres primerizas y nuevos papás quizá no sabían que se podía estar tan cansados hasta que su bebé demanda las 24 horas sus cuidados, atención y cariño.
Antes de su llegada, algunas de las frases y pensamientos más habituales de los padres son:
- Mi bebé dormirá en su cuna desde el primer momento
- Si llora un poco bastará con ponerle el chupete para que vuelva a dormir plácidamente
- A los pocos meses podremos llevar la cuna a ese cuartito que hemos decorado con tanto cariño
- Seguro que antes del año y medio dormirá en su cama sin ningún problema
Realidad: Que comience la fiesta nocturna
La forma en la que duermen los bebés cambia brutalmente de unos niños a otros. Algunos sorprenderán a sus padres por no dar ni un ruido en toda la noche, mientras que otros parecen ser pequeños vampiros que se activan aún más cuando el sol cae.
La realidad en muchas familias es:
- El bebé no quiere ni ver su cuna. De hecho sin saber cómo, cuando está plácidamente dormido en los brazos de su madre, al ponerlo sobre la cuna empieza a llorar desconsoladamente.
- No hay manera de que deje de llorar que no sea en la teta de mamá. Por lo que la noche se convierte en toda una aventura en la que las horas de sueño plácido brillan por su ausencia.
- El bebé solo duerme si sus papás están cerca. De hecho, muchos bebés solo son capaces de dormir bien si sus papás están en la misma cama que él.
- Ni hablar de pasarlo a otra habitación. Se niega rotundamente a estar lejos del calor de mamá y papá. Y si viene otro hermanito/a, bienvenida sea la cama de 180.
Expectativa: ¡Todos a la mesa!
La hora de comer también da lugar a unos cuantos momentos de expectativas vs realidad para padres primerizos. Tenemos muy claro que desde el primer momento le daremos lactancia exclusiva y a ser posible más de un año. Que el bebé comerá solo muy pronto; que a los pocos meses todo será tan fácil como sentarlo en su sillita y que abra la boca mientras nosotros le hacemos ‘el avión’.
Sabemos que nuestro bebé comerá de todo, que nunca se dejará nada en el plato porque ‘en esta casa no se tira nada’ y que jamás compraremos un potito elaborado ni daremos bollería industrial o fritos a nuestro hija/o.
Realidad: La batalla de cada día
Hay niños que comen muy bien, que comen de todo y que no dan ni un ruido a la hora de la comida. Pero como en todo, cada niño es un mundo. Así que también los hay que no sabrán o podrán coger bien la teta y que terminarán bebiendo leche de fórmula muy a pesar de su madre; los que se acuerdan de llorar justo en el preciso momento en el que su madre se ha sentado a comer y terminan con el bebé en el pecho y comiendo frío; los bebés que le cogen gustillo a que sus padres le den de comer y no son capaces de ‘independizarse del avión, la moto o el tractor, hasta los 3 o 4 años… Y por supuesto, también están los padres que terminan comprando potitos procesados porque la vida no les da para más, o porque están fuera de casa y al bebé le da hambre.
Y de los fritos para cenar ni hablemos, porque un día duro en el trabajo lo tiene cualquiera y una vez al año no hace daño.
Conclusión:
Cuando no somos padres, o tenemos a nuestro bebe en camino, tenemos grandes esperanzas y expectativas que poco se ajustan a la realidad. La película de Walt Disney es preciosa!! Así que como decíamos al principio, tómatelo con filosofía, humor, paciencia y sobre todo amor, porque la única expectativa que incluso se quedará corta es el amor hacia tus hijos.